enROLate se ha infiltrado en una partida de rol en vivo para poder contaros todos los pormenores de la asociación ilicitana Azarkia Rol en Vivo y conocer más de cerca los entresijos de una experiencia de Exilio, el juego de rol creado por la propia asociación.
Los diferentes clanes comenzaban a ataviarse en el parque de montaña Virgen del Remedio (Albatera) mientras los masters repartían las tramas en cuestión a cada uno de los jugadores, especificándoles los objetivos y los recursos para ganar la última batalla del mundo Azarkia. Casi una treintena de roleros se disponía a conocer el campo donde se desarrollaría la partida, a la vez que recogían las armas de soft combat que utilizarían sus personajes. “O morís, o vencéis. El futuro de Azarkia depende de esta batalla”. Así clamaba Thork, el Gran Jefe de los clanes, en el discurso inaugural de la partida. El escenario se despuntaba de los primeros nacidos, los lobos, los zorros, los osos, los escorpiones, las serpientes y las criaturas. Por otro lado, se alzaba la amenaza histórica de estos clanes; los no muertos. Tan solo una zanja separaba el Bien del Mal, y, de este modo, se daba el pistoletazo de salida a la gran batalla.
El primero de los clanes en sufrir las consecuencias de la epidemia -los no muertos- fue el de las serpientes; la bola de cristal que éstas custodiaban había sido robada. De este modo, gran parte de sus poderes se convertían en un mero efecto placebo y dejaban, sin más, de funcionar. Los osos imponían el estado de alerta y así se impedía la salida de cualquier criatura del campamento. La taberna se convirtió en el lugar perfecto para celebrar una reunión sin precedentes: allí se agruparon los clanes, dispuestos a decidir las medidas a tomar ante tan drástica situación. Las criaturas, cerveza en mano -aquellos que podían permitírselo-, fueron cacheadas por las amazonas. Al comprobar que ninguno de ellos llevaba encima la bola de cristal, se permitió la salida de la taberna, eso sí, manteniendo el estado de alerta y con derecho a interrogatorios. Las criaturas, dispersas en el campo de batalla, seguían sus respectivas tramas, buscando recursos entre la maleza, soportando peligrosas guardias, costeándose la comida que necesitaban para sobrevivir. Uno de los momentos críticos de la batalla ocurrió a la hora de comer, cuando una de las amazonas que montaba guardia frente a la puerta principal del campamento divisó una oleada de no muertos que se disponían, mazas y espadas en mano, a atacar sin piedad.
El artículo entero disponible en el Número 0 de enROLate
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